Reseña || Nada, de Janne Teller

*Cómo llegó a mis manos:

Leí buenas críticas en otros blogs, la sinopsis me atrapó y no pude resistirme.

*Argumento:

Pierre Anthon ha descubierto que nada tiene sentido, que nada importa, así que abandona el colegio para subirse a un ciruelo y ver la vida pasar. Sus amigos y compañeros de clase deciden convencerlo de que hay cosas importantes, y para ello deciden juntar un montón de cosas que significan algo para ellos y después enseñárselo a Pierre Anthon.

Esta idea comienza con cosas sencillas, unos pendientes, un reloj, unas sandalias... pero la crueldad de unos por los otros por obligarlos a dejar sus cosas favoritas incrementa la tensión. Uno debe ofrecer a su mascota, otra debe sacar la tumba de su hermanito muerto... al final el montón de significado se compone de muchas otras cosas: la virginidad de una de las chicas, un perro decapitado y un dedo humano.

El último niño al que habían tenido que cortarle el dedo, se chiva. Vienen todo tipo de personas a ver el montón de dignificado. Un museo americano decide comprar el montón, como si fuese una obra de arte. Poco después, los niños la venden. Ahí todo cambia: si lo han vendido, tanto no significaría.

Entonces, comienzan a pegarse unos niños a otros, por haberse visto obligados a dejar sus cosas y que ahora éstas no significaran nada. Una de ellas corre a avisar a Pierre Anthon, y cuando llegan al montón, los niños que estaban pegándose golpean a Pierre Anthon hasta la muerte, pues él tenía la culpa de todo.

Finalmente se produce un incendio en el lugar donde estaba el montón, reduciéndolo a él y a Pierre Anthon a cenizas. Cada uno de los niños metió cenizas en un bote para llevar ese poquito de significado consigo.

*Crítica:

Al comienzo el libro no me gustó nada. Se me hacía pesado el monólogo existencialista de Pierre Anthon, hasta el punto de que llegué a odiar a este personaje. Siempre les decía a los demás niños lo que éstos tenían que hacer, es decir, disfrutar de los años antes de que pasen, pero él, simplemente, se quedaba sentado encima del árbol.
Por otro lado, me ha dejado sin palabras. A medida que pasaban las hojas me sorprendía más, me sumergía más, me asustaba más, ¿qué sería lo siguiente? Cada una de las acciones me parece llena de crueldad. Ver la evolución de ciertos niños, como la protagonista o Sofie, ha sido muy gratificante como lectora, y seguramente vuelva a buscar las letras de esta mujer en otras obras suyas.
Esa pérdida de la inocencia y el descubrimiento de la crueldad de cada individuo desde edades tan tempranas me ha recordado a El señor de las Moscas (click aquí para leer la reseña), en otro ambiente y situación.
El final es una delicia: lo acabé con el corazón encogido y lágrimas en los ojos.

*Citas destacadas:

Todo da igual -dijo un día-. Porque todo empieza sólo para acabar. En el mismo instante en que nacéis empezáis ya a morir. Y así ocurre con todo. ¡La Tierra tiene cuatro mil seiscientos millones de años, pero vosotros llegaréis como máximo a los cien! -chilló otro día-. Existir no merece la pena en absoluto. Y continuó: -Todo es un gran teatro que consiste sólo en fingir y en ser el mejor en ello.

Si valiera la pena enfadarse por algo, también existiría algo por lo que alegrarse. Si mereciera la pena alegrarse por algo, existiría algo que importara. ¡Y no es así!

Dentro de pocos años, todos muertos y olvidados; os convertiréis en nada, así que también vosotros deberíais ya empezar a practicar.

Si vivís hasta los ochenta, habréis dormido treinta años, idea  la escuela y hecho deberes cerca de nueve años y trabajado casi catorce años. Como ya habéis empleado más de seis años en ser niños y jugar, y después gastaréis, como mínimo, doce años en limpiar, hacer la comida y cuidar a los hijos, os quedarán como máximo nueve años para vivir. Y todavía osaréis emplear esos nueve años en fingir que tenéis éxito actuando en este teatro sin sentido, cuando en lugar de ello podríais disfrutar de esos años inmediatamente.

¿Por qué finge todo el mundo que todo lo que no es importante lo es y mucho, y al mismo tiempo todos se afanan terriblemente en fingir que lo realmente importante no lo es absoluto?

Lloramos porque habíamos perdido algo y alcanzado otra cosa. Y porque hacía daño el perder tanto como el ganar y todavía no podíamos poner en palabras lo que habíamos ganado.