Reseña || La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu

*Cómo llegó a mis manos:

Siempre había oído hablar de este libro, pero hasta ahora nunca había sentido la necesidad de leerlo.

*Argumento:

Al nacer, a Jack le colocan un reloj en el corazón para que éste funcione correctamente. Su madre lo abandona, así que debe quedarse con Madeleine -la matrona- y esperar a que alguna familia quiera adoptarlo. Pasan los años y esto no sucede, por lo que su familia comienza a ser la propia Madeleine, Arthur y dos prostitutas, Anna y Luna.

Jack está acostumbrado a vivir en la soledad francesa de la montaña donde se ubica la casa de Madeleine, pero su sueño es visitar la ciudad. Madeleine le promete que cuando cumpla diez años podrá ir, pero que es terriblemente peligroso para su corazón. Cuando esto sucede, queda enamorado de la ciudad, pero también de la pequeña bailarina, conocida como Miss Acacia.

Desde ese momento, pregunta continuamente a Anna y a Luna sobre esa muchacha, pero ambas dicen no conocerla, pues quizá aún acuda a la escuela. Así, Jack le ruega a Madeleine que le lleve a la escuela, pero allí pasará cuatro años tormentosos, donde tendrá muchos problemas con Joe. Joe era el novio de Miss Acacia, pero ella se marchó a Andalucía. En una pelea, Jack le clava las agujas del reloj a Joe en el ojo y huye despavorido junto a Anna, Luna y Arthur. Estos le regalaran una paloma mensajera, para que pueda ir a Andalucía a buscar a su amor y seguir en contacto con ellos. En la primera carta ellas le cuentan a Jack que Madeleine murió, pero él piensa que es una estrategia para que la policía no la detenga. Mientras, conoce al mago Mélies, quien se encargará de mantener su corazón a punto.

Una vez en Andalucía, encuentran a Miss Acacia en el Extraordinarium, donde trabaja. Poco a poco comienzan a acercarse, hasta comenzar una relación amorosa. Jack le muestra su corazón y ella lo acepta, pero su relación debe ser secreta. Con el tiempo, ambos comienzan a sentir celos el uno del otro, lo que les trae gran cantidad de problemas. Joe viene a Andalucía y le cuenta a Miss Acacia lo que ocurrió en la escuela y comienza a decir que entre ellos hay una relación, que se besan y se abrazan a plena luz del día. Miss Acacia acusa a Jack de ser un mentiroso, ante lo que él responde tratando de arrancarse el corazón y cayendo en un coma por tres años.

Cuando Jack despierta acude a ver a Miss Acacia. Ésta había estado llevando flores cada día a su tumba, creyéndolo muerto. Jack le entrega su corazón y ella decide alejarse de él para siempre.
Finalmente, se descubre que Jack no necesitaba el corazón-reloj para vivir, que Madeleine se lo había dejado puesto para asegurarse que se quedaría junto a ella.

La Doctora Madeleine murió. 

Méliès se convirtió en famoso director de cine. 

Joe siguió trabajando en el tren fantasma. 

Anna y Luna tomaron cargo de un orfanato. 

Miss Acaica aspiró a ser una cantante y actriz famosa. 

Y yo, Jack, no pude olvidar a mi gran amor.

*Crítica:

Me caído en la trampa de los ambientes que crea este autor: son mágicos y atrayentes. Su historia está teñida con los colores de una Francia y una Andalucía grises: colores tristes si no está Miss Acacia.
El personaje de Miss Acacia me intrigaba mucho, pero realmente su proceso de evolución no terminó de gustarme -quizá porque esperaba un final feliz-. Sin embargo, el personaje de Jack me enamoró por completo. Su capacidad de sentir, viviendo sin saberlo en una mentira que le limita... al final sólo quieres lo mejor para Jack, de tanta pena que sientes.
El lirismo de Malzieu es espectacular y su narrativa es fluida y te acoge, aumentando las ganas por seguir leyendo.
Es un libro al que volveré seguramente y ojalá volver a leerlo sin saber nada de lo que ocurre, así podría emocionarme tanto como esta primera vez. Gracias a este libro se me ha abierto el mundo de un autor que no conocía -sólo de oídas- y al cual voy a sumergirme de lleno leyendo todas sus obras, ya sea ahora o en un futuro (esperemos que cercano).

*Citas destacadas:

Primero, no toques la agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercer y más importante, no te enamores jamás de los jamases. Si no cumples estas normas, la gran aguja de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo.

La esfera del reloj, de mi nuevo corazón, queda protegida por una tirita enorme.

La doctora Madeleine es generosa y le gusta ayudar a la gente curando sus corazones; ya se trate de ajustar un mecanismo o de sanarlo con charla y cariño, lo que más satisface a la doctora es arreglar corazones dañados.

Madeleine es muy dulce. «Love is dangerous for your tiny heart», repite de forma hipnótica. Diríase que recita las fórmulas de algún viejo libro de hechizos para que concilie el sueño. Me encanta escuchar cómo resuena su voz bajo el cielo estrellado. Sin embargo, hay veces en que el susurro «Love is dangerous for your tiny heart» me resulta inquietante y me gustaría escuchar otra cosa.

-Te duelen los engranajes cuando toses, ¿verdad? -Sí. -Pues bien, ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con el que puede originar el amor. Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y canto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará. Yo misma te instalé este reloj, conozco perfectamente los límites de su funcionamiento. Como mucho es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante sólido para aguantar los pesares del amor.

Mis recuerdos se borran poco a poco bajo el peso del tiempo.

No podemos volver jamás sobre nuestro actos pasados, ni siquiera con un reloj en el corazón.

Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta que la habita. Una ausencia de autoestima pelándose con una determinación fuera de lo común.

Tras algunos meses, nuestro amor continúa creciendo, pero parece que ya no puede contentarse con alimentarse tan solo en los senos de la noche. Mandad llamar al sol y al viento, nos hace falta calcio para los huesos de nuestros cimientos. Quiero dejar caer la máscara de murciélago romántico. Quiero amor a pleno día.

Si Cenicienta hubiese tenido un reloj en el corazón, habría parado el curso de las horas a las doce menos un minuto y se habría pasado toda la vida divirtiéndose en el baile.

Entramos delicadamente en el agua, a fin de no salpicar esta delicia. Somos dos gusanos estrellados de gran formato. Y hacemos el amor despacio; somos los amantes más lentos del mundo, apenas nos rozamos con nuestras lenguas. El chapoteo del agua le haría a cada uno creerse dentro del vientre del otro. Rara vez he sentido algo tan agradable.

Mi cerebro le pide una sonrisa a mis recuerdos, pero el mensaje debe de haberse perdido por el camino.

Lo he vivido todo por Miss Acacia, mis sueños, la realidad, nada ha funcionado. ¡Hubiera deseado tanto que lo nuestro funcionara! Sin embargo, me creía capaz de todo por ella, de pulverizar copos de luna para cubrir de brillo sus párpados, de no dormir nunca más hasta los trinos de los pájaros que bostezan a las cinco de la mañana, de atravesar la tierra para reunirme con ella al otro lado del mundo... ¿Y cuál ha sido el resultado?

Más citas aquí y aquí.