Reseña || El clan del Oso Cavernario, de Jean M. Auel

*Cómo llegó el libro a mis manos:
Comentando en clase la literatura ambientada en la prehistoria, surgió la saga literaria de esta autora, Los hijos de la Tierra.  Yo no sabía nada de este libro hasta que una compañera me insistió en que lo leyera. Lo prometido es deuda.


*Argumento:
Tras un terremoto, Ayla, una niña cromañón de cinco años, pierde a su familia y a su grupo. Vagando solitaria, encuentra una cueva, donde es atacada por el león cavernario. Tras el shock inicial, retoma, casi moribunda la marcha, logrando encontrar a alguien y acaba encontrando a un grupo de neandertales que también habían perdido la cueva debido al terremoto. Iza, la curandera del clan, no puede dejar a Ayla sola, por lo que decide llevársela consigo. El clan se muestra reticente, pero durante unos minutos pasa a segundo plano pues logran encontrar una cueva. Sin embargo, la diferencia entre Ayla y los miembros del clan es demasiado fuerte, y apenas le permiten adaptarse a sus nuevas costumbres: no quieren que ella forme parte del clan.
Iza seguirá insistiendo, hasta que Creb, el mog-ur, le de un tótem y la incluya en el clan como su hija, a pesar de las negativas de los demás miembros. El tótem que se le asigna a Ayla es el león cavernario, un tótem demasiado fuerte para una mujer: ya ningún hombre querrá aparearse con ella, ni por su aspecto ni por su tótem.
Poco a poco Iza le irá enseñando a Ayla los métodos curativos, mientras Creb le enseña a hablar y acatar las costumbres. Desde el inicio uno de los miembros del clan, Broud, el futuro jefe, repugna a Ayla, hasta el punto de maltratarla física y psicológicamente.

Ayla, en secreto, comenzará a usar la honda, prohibida para las mujeres, y a usarla para cazar a carnívoros que les roban los alimentos. Cuando se descubre este hecho, se la maldice temporalmente, y ella va, moribunda por las agresiones de Borud, hasta una cueva cercana y allí pasa siete días, tras los cuales puede volver al clan. Nadie creía que volvería, pero una vez vuelve se le toma con mucho más respeto, dejándola cazar sólo con honda como una excepción por la buena suerte que había traído al clan (a pesar de que no acata nunca las normas, aunque se esfuerce).

Debido a las agresiones de Broud, Ayla queda embarazada. Al nacer el bebé, los miembros del clan dicen que este es deforme y que debe ser abandonado a su suerte: si después de siete días se mantiene con vida, se le asignará un nombre y un tótem. Ayla, temerosa a perder a su hijo, su única oprtunidad de tener un hijo, abandona el clan llevándoselo consigo a la cueva que usó años atrás. Allí recibirá la visita de la otra hija de Iza, Uba, quien le avisa de que es una traidora para el clan y que piensan maldecirla de muerte cuando vuelva. Sabiendo esto, Ayla decide regresar y suplicar perdón ante los jefes del clan. Finalmente se le permite volver, pues admiten que su hijo no es deforme, sino que es una mezcla de las dos especies. 

En la reunión de todos los clanes Ayla consigue una futura esposa para su hijo, quien también es una mezcla de dos especies. Se admite a Ayla como curandera del clan frente al resto de clanes, lo cual le asegura una posición adecuada. Al regresar a la cueva, Iza está muy enferma y le dice a Ayla que huya antes de que Broud llegue a ser jefe, pues no le pondrá las cosas fáciles. Tal y como le aventura Iza, a su llegada al poder Broud se aprovecha de Ayla y la separa de su hijo, dándoselo a otra mujer, mientras que ella pasaría a vivir en el hogar del jefe. Este hecho desespera a Ayla, quien decide huir e ir en busca de los suyos, de los del clan a los que no recuerda.


*Crítica:
Por el volumen de la novela pensé que sería una lectura densa, pero sorprendentemente es una lectura que se hace amena con el pasar de las páginas. La ambientación es buena, pese a que el rigor histórico tenga algunos puntos flacos y negativos. 
El desarrollo de la trama es muy lento, con un patrón claro: un círculo problema-solución que se repite con más o menos rapidez. 
Los personajes son simples, no evolucionan, quizá plasmando esa esencia de robustez de la que caracterizan a estas especies. Me gustaría destacar a Ayla, a Iza y a Creb, pues son personajes muy emblemáticos del libro, y que nos abren un horizonte de creencias, de conocimientos y pensamientos del clan. Ayla como protagonista tiene mucha fuerza y muestra una idea de poderío femenino en la prehistoria que es muy interesante. 
En conclusión, me ha gustado mucho, pero ojalá el final no hubiera quedado tan abierto -llamando a leer los demás libros de la saga-.


*Cita destacada:

Con un sollozo profundo, Ayla se abrazó a los dos y los tres se fundieron en un abrazo doloroso de mutua desesperación. Las lágrimas de Ayla los mojaron a todos; Uba y Creb no tenían lágrimas, pero su dolor no era menos grande.

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