Reseña || Cress, de Marissa Meyer
Otras reseñas de la saga:
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*Cómo llegó el libro a mis manos:
Después de leer Scarlet tenía ganas de recuperar la ilusión por Cress, así que le di otra oportunidad a la saga (y menos mal).
*Argumento:
Cress está encerrada en un satélite que orbita la tierra, sirviendo a Sybil, ayudante de la reina Levana. Durante mucho tiempo ha mantenido los satélites de Luna ocultos a los radares de Tierra, lo que permitió que se produciera el ataque de los hombres-lobo. Aún así, ayuda a Cinder y compañía, pues está terriblemente enamorada del Capitán Thorne. Consigue contactar con Cinder mediante el chip de conexión directa que extrajo de Nainsi, la ayudante del rey Kaito. Así, Cinder, Scarlet, Thorne y Wolf van a rescatarla. Sin embargo, no sale como estaba planeado y Sybil se entera de la traición; atrapa a Scarlet, deja a Wolf malherido y hace que Thorne y Cress caigan directos a la Tierra.
Por un lado, Cinder y Wolf quedan atrapados con Jacin Clay, antiguo sirviente de Luna, quien decide ayudarlos. Van a África en busca del doctor Erland.
Por otro lado, Cress y Thorne caen en mitad del desierto. Thorne queda ciego en el golpe, pero aún así caminan hasta encontrar un pequeño pueblo nómada.
Por último, Scarlet es enviada a la luna, donde servirá con devoción impuesta a las élites.
En la Comunidad Oriental Kai empieza a prearar la boda con Levana, creyendo que la princesa Selene es Scarlet, y que por eso Cinder fue en su búsqueda.
Cress y Thorne comienzan a estar cada vez más cerca el uno del otro, mintiendo sobre su procedencia, haciéndose pasar por pareja para que nadie sospeche de ellos. Sin embargo, Cress será secuestrada y vendida a los lunares para que experimenten con ella. Da con el doctor Erland, quien descubre que ella es su hija Cresscent Moon, pero no le dice nada. Thorne logra encontrar a Cress y llevarle a Iko un cuerpo con aspecto humano.
De nuevo juntos, Cress, Thorne, Wolf y Cinder deciden secuestrar al príncipe Kaito para que la boda no se celebre. Burlando todas las medidas de seguridad consiguen dar con Kai, a quien sedan para poder llevárselo consigo. Levana, furiosa, da pie a la guerra, pues ella sabe que Cinder es Selene. El doctor Erland fallece por letumosis (ha empezado a mutar también en lunares) y ahí confiesa a Cress su verdadera identidad.
Cinder decide ir a Luna y descubrirse como Selene, queriendo rescatar a Scarlet, de quien no saben nada, ni siquiera si sigue con vida.
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*Crítica:
Cress es hasta ahora mi libro favorito de la saga. Está lleno de acción, por lo que dificilmente te aburres o desconectas sin querer de lo que estás leyendo.
De nuevo, la trama a veces me falla, se vuelve demasiado inverosímil y los personajes actúan de formas incomprensibles. Supongo que esto se ve diferente desde los ojos del público al que va dirigido.
De las chicas, Cress es para mí la más auténtica, con la que más me puedo identificar. Si bien desde el principio parece un personaje obsesivo, esto cambia al conocer su historia y su relación con según qué personajes. No he podido no llorar con el pensamiento de culpa respecto a su padre y ojalá la autora hubiese profundizado más (y no lo hubiese dejado en prácticamente una palmadita en la espalda, no llores y sigue adelante).
*Citas destacadas:
Soñaba con profundas conexiones entre sus almas, besos apasionados y aventuras temerarias. Estaba segura de que bastaría simplemente con que él la conociera para que sintiera lo mismo. Sería uno de esos romances épicos que surgen con una explosión y arden al rojo vivo por toda la eternidad. El tipo de amor que el tiempo, la distancia o incluso la muerte no podrían separar.
Ella trató de contener el creciente pánico, esa sensación de que su existencia era tan pequeña e insignificante como el mas pequeño grano de arena que se estrellaba contra sus espinillas. Era todo un mundo: todo un planeta. Y ella estaba atrapada en algún lugar de él, lejos de todo. No había muros ni límites, nada para ocultarse detrás.
Debí haberle dicho que lo quería. Estaba agonizando, estaba justo ahí, y yo sabía que no volvería a verlo. Pero no pude decírselo. ¿Soy horrible?
Tal vez no existe el destino. Quizá son solo las oportunidades que se nos presentan y lo que hacemos con ellas. Estoy empezando a creer que quizá los romances grandiosos y épicos no existen. Tenemos que crearlos nosotros mismos.
La gente de Luna no necesita una princesa. Necesita una revolucionaria.
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