Reseña || Pax, de Sara Pennypacker
*Cómo llegó el libro a mis manos:
Buceando en bookstagram encontré reseñas de este libro juvenil y supe que tenía que leerlo. Tras solicitarlo y reservarlo varias veces en la biblioteca, por fin pude tenerlo en mis manos.
*Argumento:
Pax es el pequeño zorro que Peter rescató cuando tenía siete años y que lo acompaña desde entonces, siendo ahora un adolescente. La guerra está cerca de llegar a su ciudad, por lo que el padre obliga a Peter a abandonar a Pax a su suerte en un bosque. A partir de aquí la historia se divide entre la historia del zorro y la del chico.
Por un lado está Peter, quien huye de su casa para buscar a Pax, arrepentido de lo que ha hecho. Huye a las montañas para dar con un camino más corto, pero se topa con una mujer muy peculiar: Vola. Una exmilitar que vive en una cabaña completamente sola. Ella le ayudará y le curará las heridas que Peter se hizo durante su camino, hasta que por fin estuvo preparado para marchar en busca de su amigo.
Por otro lado está Pax, quien queda a la intemperie en un bosque sin su chico. Conoce a otros zorros, como Gris, Erizada y Diminuto, quienes se convertirán en sus amigos poco a poco, pues desconfían de él por oler a humanos. La guerra los amenaza y se descubrirá que el padre de Peter sabía lo que iba a ocurrir, por lo que dejó al zorro en un punto clave para que su hijo no pudiera ir en su búsqueda.
Finalmente la historia de ambos se conecta: Peter, herido y maltrecho, y Pax, con daños físicos y miedo. Se encuentran, y mientras que Pax quiere volver a casa para consolar a su amigo, Peter deja que se vaya con los otros zorros, pues es la vida que le pertenece.
Por un lado está Peter, quien huye de su casa para buscar a Pax, arrepentido de lo que ha hecho. Huye a las montañas para dar con un camino más corto, pero se topa con una mujer muy peculiar: Vola. Una exmilitar que vive en una cabaña completamente sola. Ella le ayudará y le curará las heridas que Peter se hizo durante su camino, hasta que por fin estuvo preparado para marchar en busca de su amigo.
Por otro lado está Pax, quien queda a la intemperie en un bosque sin su chico. Conoce a otros zorros, como Gris, Erizada y Diminuto, quienes se convertirán en sus amigos poco a poco, pues desconfían de él por oler a humanos. La guerra los amenaza y se descubrirá que el padre de Peter sabía lo que iba a ocurrir, por lo que dejó al zorro en un punto clave para que su hijo no pudiera ir en su búsqueda.
Finalmente la historia de ambos se conecta: Peter, herido y maltrecho, y Pax, con daños físicos y miedo. Se encuentran, y mientras que Pax quiere volver a casa para consolar a su amigo, Peter deja que se vaya con los otros zorros, pues es la vida que le pertenece.
*Crítica:
Desde la primera página sentía que mi corazón se rompía al leer este libro. Está escrito de manera sencilla (infantil-juvenil), con mensajes directos y acción constante. Es imposible no encariñarte con casi todos los personajes, porque al ser tan pocos la autora tiene maneras de profundizar en la historia de cada uno.
La historia adapta un cuento a un contexto social de guerra y de peligros, donde la amistad, el amor y la lealtad son los valores más importantes. Se puede apreciar la diferencia del modo de vida de la fauna y del ser humano, quienes luchan, en este caso, por un mismo fin.
Para nada esperaba el final que dan, pues no pensé que acabaría de forma agridulce, sino de forma feliz por ser un cuento de infantil-juvenil. Esto me ha gustado y me ha encogido el corazón. Sin embargo, prefiero lo agridulce porque puede dejar una enseñanza en los niños y jóvenes que lleguen a este libro, y eso me encanta.
*Citas destacadas:
Peter experimentaba una sensación que nunca había intentado describir a nadie más, en parte por ser demasiado privada, pero sobre todo porque no creía que tuviera palabras exactas para describirla.
Cuando la madre de Peter murió, lo enviaron durante una temporada a ver a una terapeuta. A sus siete años, no había sido capaz de hablar, o tal vez no había sabido cómo traducir en palabras aquel tipo de pérdida.
-Has experimentado el "dos pero no dos".-Lo he leído en la pizarra. "Dos pero no dos". Pero no sabía lo que quería decir.-Es un concepto budista. La no dualidad. Trata de la unidad, y de cómo las coas que parecen separadas están conectadas entre sí, que en realidad no existen las separaciones.
-El último día que lo vi, se preocupó por mí, aunque él también estaba triste. Derramó agua por los ojos. ¿Tenía los ojos heridos?-No. Cuando está herido en otras partes, sus ojos derraman agua. Le cae por la cara. Creo que el agua alivia el dolor. En cambio, la respiración... da bocanadas de aire, como si el agua del dolor lo estuviera ahogando.
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