Citas de El cazador de estrellas, de Ricardo Gómez


Vivía en el interior de una burbuja de lona, en la que se colaban esos ruidos. le parecía que la lona era transparente y que podía ver el mundo a través de la tela. Un mundo construido a partir de sonidos.
***
Le gustaba esa sensación de somnolencia, en la que se dejaba resbalar a veces, cuando se aburría, y en la que el tiempo se encogía.
***
Bachir, que era experto en conocer el mundo a través de los sonidos, también sabía que el silencio era una forma de comunicación.
***
Bachir imaginó el silencio como una suave manta protectora extendida por el campamento.
***
El disgusto se acrecentó con la puesta de sol y dio paso a una melancolía que transformó en rabia al pensar en la distancia de sus amigos y en las cosas que perdía con esa estúpida enfermedad.
***
Se puede lo que se quiere, si se quiere con el corazón. Tendrías que preguntarte qué quiere tu corazón.
***
Jamida respondía sin prisas. Parecía querer empaparse de palabras y de recuerdos antes de devolver una respuesta.
***
-Yo no quiero estar enfermo.
-Ya supongo, pero cuando estás bien también intentas mantener tus privilegios de enfermo.
***
Si supiera cómo ordenar sus sentimientos, su vida tendría algún sentido. (...) Lo intentó, pero no había manera de casar las piezas sin ayuda. Pensó que nunca lo conseguiría.
***
-¿Y nunca más ha sentido miedo?
-¡Muchas? Pero siempre antes de tomar decisiones. Cuando se toma la decisión, ya no hay que temer. Hay que seguir adelante, pase lo que pase. El miedo sirve para decidir; es un arma de los prudentes. Pero en la acción es un obstáculo para sobrevivir.
***
Un soldado es un hombre inútil; no crea nada, no produce nada, no transforma nada. Solo destruye.
***
-Entonces, nos han ganado... Se quedaron con todo.
-Nos robaron, pero no nos han vencido.
***
No estaba del todo seguro de que esos ejercicios contribuyeran a acelerar su recuperación, pero estaba decidido a hacer todo lo necesario para lograrlo. Aunque fuera creyendo en la magia.
***
Las dolencias del cuerpo no son las peores. Hay que protegerse más de las enfermedades del alma, porque hacen sufrir a los demás. La envidia, el odio, la pereza o la codicia causan en el mundo más daño que la peor de las pestes. Puede que algún día te cures del todo. Pero también puede que no. Muchas personas aprenden a convivir con su enfermedad y son mejores y más sabias que otras con el cuerpo sano. Tú no puedes conocer tu destino, pero sí puedes elegir cómo quieres ser.
***
Se preguntó por qué el agua, como el dolor, estaba tan mal repartida en el mundo.
***
No soy sabio. Solo soy un hombre que ha logrado aprender algunas cosas.
***
Un día comprenderás que tenemos que irnos alguna vez, y antes de lo que pensamos. Yo también siento tener que marcharme, pero algún día volveremos a encontrarnos.
***
Notaba una profunda sensación de vacío, como si despertara de una noche larga y sin sueños. Los ojos le escocían y, aunque sabía que sus pulmones funcionaban todo lo bien que podían, notaba una opresión en el pecho. Sentía ganas de aullar, de gritar, de arañar..., pero no le quedaba más remedio que soportar el dolor. Como había hecho siempre, aunque en ese momento el sufrimiento parecía proceder de lugares más profundos. 
***
He visto todo lo que tenía que ver en el mundo, así que ahora puedo sentarme tranquilamente a escucharlo.
***
Bachir estaba agotado. Por primera vez tuvo conciencia de que la emoción origina un cansancio superior al esfuerzo físico. No dejaba de pensar en la tenacidad del viejo, en su afán por superar las dificultades a lo largo de su existencia, en su deseo de vivir...
***
¿Te duele o tienes miedo de que te duela?

Comentarios