Reseña || La casa de Riverton, de Kate Morton

*Cómo llegó a mis manos:
Tras el descubrimiento que me supuso "El jardín olvidado", supe que quería leer más de esta autora. Quería sorprenderme, inundarme de historias de la época victoriana, recordar porqué me gusta bucear en cada libro. Decidí leer la primera novela de Kate Morton para ver si había algún tipo de evolución y comprobar cómo era cada una de sus historias.


*Argumento:

Grace Bradley comienza a trabajar en la casa de Riverton, donde años atrás había trabajado su madre sirviendo al señor Hartford y sus hijos: David, Hannah y Emmeline, quienes se divierten jugando juntos a El Juego, historias secretas que ellos representan. El servicio le hará pasar esta etapa de forma más agradable, estableciendo una relación íntima (pese a no llegar a nada formal) con Alfred, uno de sus compañeros. Grace descubrirá que realmente su padre era el señor Hartford y que por eso su madre tuvo que dejar Riverton. 

Un día visita la casa Robbie Hunter, amigo de David, quien revolucionará toda la historia. Hannah, por un lado, lo odia porque con él en la casa no pueden jugar a El Juego, pero Emmeline cae rendida a los sentimientos amorosos que él le despierta. Tras su marcha, y la de David, a la guerra, en la casa las cosas empiezan a ir mal por las noticias de batalla que inundan los periódicos.

David muere en combate y la fábrica del señor Hartford se incendia, por lo que Hannah debe casarse con Theodore Luxton, Teddy, para mantener el status de la familia. Así, Hannah abandona Riverton junto con Grace, su doncella, dejando atrás a su hermana Emmeline, que no se lo perdonará nunca.

Años después, la vida de Hannah con su marido es horrible, a lo que se le añade la muerte de su padre. Tras esto, Emmeline se verá sola, dejando que su vida fuese un descontrol y manteniendo relaciones con Robbie Hunter. Éste visitará a Hannah para devolverle el relicario de su hermano David, y a partir de ahí retomarán el contacto, creando una relación amorosa. 

Hannah necesita huir con Robbir Hunter para vivir una vida feliz, por lo que deja dos notas: a Emmeline, diciendo que va a suicidarse, y otra a Grace, diciendo que va a fingir su muerte para huir, y que retomará el contacto en cuanto pueda. Sin embargo, Grace lee primero la carta que había dejado a Emmeline, y corre al lago junto a ésta. Allí, Emmeline se encuentra con Hannah y Robbie a punto de escapar, por lo que levanta la pistola y le apunta a Robbie. Hannah se la quita y Robbie le insiste en que mate a su hermana. Ese pensamiento hace que ella le apunte a él y le dispare. Así, Grace, Emmline y Hannah deciden cubrirlo todo fingiendo que se ha suicidado, noticia que todos creen y que crea una leyenda sobre la mansión Riverton.

Hannah y Emmeline, tras este suceso, pierden el contacto por completo. Finalmente, Hannah da a luz un hijo que en nada se parece a su esposo, Teddy Luxton. Por ese motivo, Teddy envía a la niña, Florence, a su hermana para que la críe. 

Años después, Úrsula, la nieta de Florence, decide grabar una película sobre lo que sucedió en la mansión Riverton, para lo que pide ayuda a Grace, quien ya es anciana y habita en una residencia.


*Crítica:
Yo ya sabía que Kate Morton era una gran escritora, pero con esta novela lo he confirmado al cien por cien. Tiene una maestría hilando líneas temporales e historias entre personajes a lo largo del tiempo que admiro con todo mi corazón. Hace magia cuando escribe y me siento muy afortunada de poder leerla.

El libro se compone de varios momentos en el tiempo, enlazando la visión subjetiva de Grace con recortes de periódicos y cartas que le dan un toque objetivo a la historia. Con estos recursos crea dinamismo narrativo, que se agradece mucho en novelas de ficción histórica (que suelen tener muchas páginas), haciendo que la lectura se haga amena.

Al igual que mencioné en El jardín olvidado, aquí los personajes femeninos también tienen mucha fuerza, mucho encanto. Hannah ha sido un personaje que me ha sorprendido mucho y que se ha convertido en uno de mis favoritos. Su lucha, el empoderamiento que desea, la fortaleza que demuestra... para mí ha sido una delicia ver su evolución y su desenlace. 

Con esta segunda lectura se me abre el apetito de leer el resto de sus obras, propósito para el 2018. Me siento cautivada por su escritura. Completamente enamorada.


*Citas destacadas:

Como si no hubiera pasado toda la vida tratando de olvidar.

Yo misma me sorprendí. Las polillas han abierto agujeros en mis recuerdos recientes; sin embargo, el pasado lejano está claro y nítido. Últimamente los fantasmas de aquella época me visitan a menudo y me asombra descubrir que no me preocupan demasiado. Al menos, no tanto como suponía. En efecto, los espectros de los que he tratado de escapar toda mi vida se han convertido casi en un consuelo, algo que agradezco. (...) Había olvidado -o eso creía- que en medio de la oscuridad quedaban recuerdos brillantes.

Cuando desperté, descubrí que durante la noche el hilo que me había tenido en vilo toda la semana se había convertido en nudo.

Tal vez no muerta nunca, sino que simplemente continuaré consumiéndome hasta que un día, cuando el viento del norte sople, me transporte de aquí para fundirme en parte del cielo.

Es un sentimiento extraño el que surge en las raras ocasiones en que captamos nuestra propia imagen inmóvil. Un momento imprevisto, libre de artificio, en el que incluso olvidamos engañarnos a nosotros mismos.

Quienes viven en la memoria jamás están realmente muertos.

No quiero agradarle a todo el mundo. Tendría una pobre opinión de mí misma si eso ocurriera.

Ella no sabe que lloro porque todo cambió desde ese instante. Que, así como cuando vuelvo a leer mis libros favoritos una pequeña porción de mí espera que el final sea diferente, me descubro esperando, contra toda esperanza, que la guerra nunca llegue. Que esta vez, de algún modo, nos deje estar.

La felicidad necesita del calor del propio hogar. No puede tomarse de jardines ajenos.

Las guerras hacen que la historia parezca engañosamente simple. Proporcionan puntos de inflexión definidos, separaciones claras: antes y después; ganador y perdedor; bien y mal. La verdadera historia, el pasado, no se le parece, no es plana, no es lineal. No sigue una planificación. Es escurridiza, como un líquido, infinita e incognoscible, como el espacio. Y es modificable. Cuando creemos encontrar un patrón, la perspectiva cambia, aparece una versión alternativa, resurge un recuerdo largamente olvidado.

Sigo mi camino sin desviar la vista. Acepto resignadamente mi futuro. Es mi pasado el que me inquieta.

Mi final ha venido a buscarme, y no me importa en absoluto.

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