Citas de La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero.

Nota: aparecen en cursiva los fragmentos pertenecientes al diario personal de Marie Curie, mientras que la tipología normal aparece en los fragmentos extraídos de la obra de Rosa Montero.



Querida Bronya: He sido estúpida, soy estúpida y seguiré siéndolo el resto de mi vida, o tal vez debería traducrlo a un lenguaje más claro: nunca he sido, no soy ni seré afortunada.


La infancia es un lugar al que no se puede regresar (y por lo general tampoco quieres hacerlo: yo desde luego jamás volvería) pero del que en realidad nunca se sale.


Hay que hacer algo con todo eso para que no nos destruya, con ese fragor de desesperación, con el inacabable desperdicio, con la furiosa pena de vivir cuando la vida es cruel. Los humanos nos defendemos del dolor sin sentido adornándolo con la sensatez de la belleza. Aplastamos carbones con las manos desnudes y a veces conseguimos que parezcan diamantes. [Capítulo Aplastando carbones con las manos desnudas en su totalidad (puedes leer el libro completo y el capítulo al que me refiero aquí).]


[Poema This Be The Verse, de Philip Larkin (podéis leer este poema en versión original y traducido al español en la página 38, aquí).]


Sólo siendo absolutamente libre se puede bailar bien, se puede hacer bien el amor y se puede escribir bien.


Tu ataúd se cierra tras un último beso, y no te vuelvo a ver. No permito que lo recubran con el horrible paño negro. Lo cubro de flores y me siento al lado. Hasta que se lo llevaron, apenas me moví […]. Estaba sola con tu ataúd y puse mi cabeza en él, apoyando la frente. Y a pesar de la inmensa angustia que sentía, te hablaba. Te dije que te amaba y que te había amado siempre con todo mi corazón. Te dije que tú lo sabías […] y que te había ofrecido mi vida entera; te prometí que jamás daría a ningún otro el lugar que tú habías ocupado en mi vida y que trataría de vivir como tú habrías querido que lo hiciera. Y me pareció que de ese contacto frío de mi frente con el ataúd me llegaba algo parecido a la serenidad y la intuición de que volvería a encontrar el ánimo de vivir.


Lloro mucho menos y mi pena es menos punzante, sin embargo no olvido. Todo está triste a mi alrededor.


*Libro completo en pdf aquí: click, click.

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