Boceto I: el amanecer más intenso de la historia
Un día se le volaron los sentimientos. El día anterior habían anunciado las señoritas del tiempo fuertes vientos en las costas niponas, pero ella vivía en la otra punta del planeta. Recordó la teoría de la mariposa y su aleteo, pero aquello no había sido una mariposa, ni siquiera un aleteo. Aquella noche durmió con la ventana abierta, pero el aire se condensó y no sopló un ápice en toda la noche. El viento no había arañado su piel, sin embargo, sabía a ciencia cierta que se habían esfumado todos sus sentimientos porque no entendía más allá de la lógica matemática que el sol sigue al nacer por el horizonte. Pero aquel espectáculo mágico de luces que en el mundo se vivió como el amanecer más intenso de la historia, ella no lo sintió. Bajó las persianas y, mirando fijamente al espejo, trató de encontrarse, pero tan sólo apreció la lógica física que seguían sus cabellos al caer sobre su pecho.
(25 abr. 2016)