Reseña || Marley y yo, de John Grogan

Un perro no desea autos lujosos, casas grandes ni ropa de diseñador, con una vara se sentirá feliz. A un perro no le importa si eres rico o pobre, astuto o torpe, listo o tonto, dale tu corazón y él te dará el suyo. ¿De cuánta gente puedes decir eso?. ¿Cuánta gente puede hacerte sentir único, puro y especial?. ¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?


*Cómo llegó el libro a mis manos:

No sabía que la película "Una pareja de tres" era una adaptación de este libro. Cuando lo descubrí, por casualidad, pensé que sería bonito recordar la historia que años atrás me hizo sentir tantas cosas.


*Argumento:

John y Jenny deciden adoptar un cachorro como prueba previa a la crianza de sus hijos. Así, siguiendo un anuncio, adoptan un labrador retriever que resulta ser un perro muy travieso y con ciertos problemas (tanto de adiestramiento como mentales, pues sufre fobias muy intensas).

Mientras la familia crece con tres niños (Patrick, Conor y Colleen) también lo hace el pequeño cachorro. La vida de John y Jenny va evolucionando llegando a ser felices en una zona montañosa, dedicándose a sus trabajos sin descuidar a su familia.

Durante la novela, John nos cuenta la importancia que tuvo Marley, el pequeño labrador, en distintos momentos de su vida. Cuando el perro fallece debido a una enfermedad estomacal tras trece años de vida, la familia queda vacía. Un poco después Jenny encuentra un anuncio donde venden un perro que se parece a Marley. Así, deciden ir a verlo, dejando como final abierto que la historia se repite: se quedan con el cachorro.


*Crítica: 

A pesar de que empecé el libro un poco desanimada (porque no quería enfrentarme a la muerte de mi anterior perro), he disfrutado mucho de la lectura.

Hay partes en la historia que no recordaba y que me han transmitido una cantidad enorme de sentimientos. También hay partes de historia canina que me han parecido muy curiosas y que me han dado pie a investigar más sobre ello.

Al ser una obra biográfica, no puedo criticar más allá de lo que se plantea alrededor de los personas. A pesar de eso, la figura de Jenny se me ha hecho pesada; adoré a John y a Marley, y me hizo sentir parte de la historia que la narración sea en primera persona. Tanto que me fue imposible no llorar al final.

Es una novela que me arrancó del bloqueo lector, pues es muy ligera y fácil de leer. Decir, finalmente, que la adaptación cinematográfica es muy buena y que la recomiendo sin ninguna duda.


*Citas destacadas:

Esa noche habíamos compartido algo -uno de esos momentos instantáneos de claridad que definen todos los demás de una vida- que ninguno de los dos olvidaría así sin más.

Los hijos sirven de desenfadados relojes, imposibles de ignorar, que marcan el progreso incesante de la vida de uno a lo largo de lo que de otra manera podría ser un mar infinito de minutos, horas, días y años.

Nunca tuve a Marley como modelo de nada, pero mientras bebía mi cerveza pensé que tal vez él conocía el secreto de la buena vida: no dejar de moverse, no mirar hacia atrás, vivir cada día con el brío, las agallas, la curiosidad y la alegría de un adolescente. Si uno cree que aún es un cachorro, quizá lo sea, sin perjuicio de lo que diga el calendario.

Marley me hizo pensar en la brevedad de la vida, en la fugacidad de la dicha y en las oportunidades perdidas. Me recordó que sólo tenemos una oportunidad de llegar a la cota más alta y que no hay segundas oportunidades.

Y también sentí otra cosa: mi asombro ante la infinita capacidad del corazón humano, lo bastante grande para absorber una tragedia de esta magnitud y, a la vez, acoger los pequeños momentos de dolor y pena personales que forman parte de la vida.

Una persona puede aprender mucho de un perro, incluso de uno turulato como el nuestro. Marley me enseñó a vivir cada día con toda exuberancia y dicha, a disfrutar de cada momento y a seguir los dictados del corazón. me enseñó a apreciar las cosas sencillas, como un paseo por el bosque, una nevada y una siesta bañado por el sol invernal. Cuando envejeció y tuvo achaques, me enseñó a ser optimista frente a la adversidad y, en particular, me enseñó lo que significa la amistad y la generosidad y, sobre todo, la inalterable lealtad.

El amor por un perro es algo increíble, ¿no es cierto? Convierte nuestras relaciones con la gente en un aburrido plato de avena.

Y pese a todo, a todas las decepciones y las expectativas no satisfechas Marley nos había hecho un regalo que era imponderable, a la vez que gratis. Nos enseñó el arte del amor sin condiciones; nos enseñó a darlo y a recibirlo. Y donde lo hay, todas las demás piezas encuentran su lugar preciso.

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